viernes, 8 de marzo de 2019

EXPOSICIÓN PICTÓRICOS. DIÁLOGOS ENTRE LA FOTOGRAFÍA Y LA PINTURA


      Este curso escolar comenzamos con nuestras exposiciones en la sala de arte con una muestra del trabajo realizado por alumnos del 2º curso del ciclo de grado superior de fotografía de la Escuela de Arte San Telmo de Málaga. En ella, se recrean obras pictóricas famosas desde los siglos XVIII al XXI mediante composiciones fotográficas.

      Los alumnos han usado la técnica denominada Pictoralismo Fotográfico, que consiste en recrear imágenes del cuerpo, el paisaje o los interiores a través de fotografías hechas para disfrutar, esto es, con el único objetivo del placer visual.

       La exposición de la obra dará comienzo el próximo lunes 11 de marzo y podrá ser visitada hasta el 22 del mismo mes, en horario de mañana.


       Transcribimos a continuación una reflexión de los autores.


Resumen
Pictóricos. Diálogos entre la fotografía y la pintura, es un proyecto del alumnado de 2o de Fotografía de la Escuela de Arte San Telmo de Málaga. La exposición es un diálogo entre obras pictóricas del siglo XVIII al XXI y las composiciones fotográficas que las recrean.
Presentación
Cuando pensamos en la fotografía pictorialista pensamos en la belleza. Nos gusta su belleza, esos cuerpos de mujeres blancas o esos paisajes ya prácticamente imposibles. Nos resulta irresistible, finalmente, asomarnos a un mundo diferente al que habitamos, en el que no parece haber los problemas que vivimos a este otro lado de la realidad, en el que todo está pensado para resultarnos agradable. Todo lo contrario que en la fotografía actual, tan preocupada por transmitirnos ideas, conceptos, situaciones que nos llevan inevitablemente a cuestionarnos todo tipo de asuntos y a responsabilizarnos de ellos. Tan obsesionada con la no-belleza, con ofrecernos la parte cruel, vulgar, fea, de la realidad y de nosotros mismos. Pero en la fotografía pictorialista nada de esto es así, la belleza, el orden, lo estático, prima sobre cualquier otra apreciación. Es decir, triunfa la falsedad.
Pero, ¿cómo asociamos falsedad y belleza? Tal vez porque todo lo bello tiene algo irremediablemente falso, sobre todo en el momento actual en el que la belleza parece ser una fórmula de laboratorio. La apariencia no deja de ser una puesta en escena individualizada para una teatralización global de la existencia. En cualquier caso, seamos felices e inconscientes durante un rato y recreémonos en imágenes esencialmente bellas. No se preocupen, no tiene efectos secundarios. La belleza parece expulsada del mundo del arte actual, decir de una obra de arte que es hermosa, bella, bonita, son hoy en día más descalificaciones que argumentos positivos. Y, sí, parece que todo lo bello sea de otra época pasada, antigua. ¿Será la belleza algo antiguo?
Sobre la técnica o la corriente artística
El Pictorialismo fotográfico se inicia en torno a 1880 y significa la auténtica vanguardia del momento, sacudiendo los cimientos del orden establecido dentro de las artes visuales.
El sueño de estos fotógrafos victorianos era que la fotografía fuese aceptada como una forma seria de arte, al mismo nivel que otras prácticas existentes. Es duro ver que hoy en día sus seguidores pueden ser tachados de antiguos y de ir en contra de la autonomía de la fotografía. Sin embargo, son cada vez más los artistas jóvenes que se inclinan por esta tipología fotográfica, a despecho de modas y tal vez aupados por un mercado que sabe valorar y colocar rápidamente aquellos productos que mantienen elementos tradicionales, y con ello la recuperación de un cierto tipo de belleza que sigue viva entre nosotros. Se trata de la reconsideración del cuerpo, de una visión todavía complaciente del paisaje, de una sofisticación de los interiores, intentando que lo vulgar pueda estar cargado de sensualidad y placer, que lo extraño sea atrayente, misterioso. Una reconstrucción de unas imágenes hechas para disfrutar, para ser contempladas con ensimismamiento, por el simple hecho de la búsqueda del placer visual.